...un grupo de jóvenes narrará a través de la fotografía digital su relación con el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Por vía de relatos visuales como el autorretrato o el ensayo fotográfico los participantes explorarán cómo dar cuenta de su encuentro con la historia desde una perspectiva subjetiva y creativa.

lunes, 21 de enero de 2013

Segunda sesión de autorretratos

...cuando se apagaron las luces todos nos quedamos callados. Como con respeto, sin saber quiénes eran. También refleja la imaginación, una comparación del silencio que generaba la gente y el silencio que teníamos que generar nosotros también en ese lugar.




Quise expresar algo similar a lo de Fernanda, el silencio y la represión que sentía la gente en esa época y para eso compré un cierre. Y traté de que mi  expresión fuera más como de nostalgia, de frustración, rabia y hay mucho por interpretar.

¿Cómo hiciste para iluminar un lado del rostro?
La cámara estaba de lado, por lo que el flash me daba en una parte de la cara  y en el otro no. No me costó tanto porque ya tenía la experiencia del primer autorretrato, porque yo soy una de esas personas a las que les cuesta estar delante de una cámara. Pero sé que a algunos compañeros les pasó lo mismo y no soy la única por lo menos.






Yo escribí ese mensaje porque estábamos con la María y queríamos interpretar dos cosas. El sentimiento de una persona que estuviera torturada, de su familia, pero pensábamos que podíamos poner otro punto de vista, otro planteamiento, algo más militar como lo que dijo Pinochet, que es una frase célebre, y se nos ocurrió. También hicimos una en la que iba a quemar las fotos de los detenidos desaparecidos. Así que eso me parecía expresivo, de mostrar dos caras de la moneda, cómo pensaban dos personas en esa época, y por eso lo elegí.




La imagen que hay al fondo es sobre la represión que había, no sólo torturando sino que reprimiendo la inteligencia, el conocimiento, la quema de libros, hacían que la gente sólo viviera lo que ellos creían  que era el modo más ideal y no de diferentes formas como la gente antes lo hacía. Y eso fue más o menos lo que quise representar.

¿Puedes explicar un poco más las fotografías que aparecen en el fondo?
Sí, la de la derecha es en Los Héroes en 1982 (1 de mayo) y se ve a los militares controlando a toda la gente que había en la manifestación, reprimiendo. Y la otra de es un grupo de personas que están protestando. Son personas que estaban demostrando su malestar ante lo que estaba sucediendo.

¿Y dónde encontraste las fotografías?
Es que estaba en mi casa y me acordé que teníamos que traer algo. Empecé a buscar y encontré esas imágenes y el libro, había más ediciones de ese pasquín pero fue el más antiguo que encontré, por eso lo traje.

¿No sabías antes que estaban allí?
No, no sabía, los encontré no más.




Yo quería hacer algo más alegre, más feliz y entonces dije: quiero representar algo más como la súper-chica”,  algo que rompa los esquemas. Porque últimamente he conocido a muchas personas, que están muy encasilladas. Entonces  dije, bueno, yo soy una mujer, puedo leer, puedo pintarme, puedo hacer muchas cosas, y eso quería demostrar y fue entretenido hacerlo también. Primero hice la parte del centro donde estaba leyendo madame Bovary, después fui corriendo, dejé el libro agarré el rouge y me puse allí, después  dejé el rouge, agarré la pizarra y me puse ahí.



Elegí esa foto porque lo que yo traté de expresar es que era mejor callarse en ese tiempo, por lo que estaba pasando en el país. La edité y le puse el fondo más profundo, para que se viera más oscuro.



Yo quería en el contexto del Museo, como lo dije la primera vez en el autorretrato I,  cuando yo entré a ese lugar, a mí me dio la impresión al tiro de que esas personas eran detenidos desaparecidos o personas a las que habían matado ¿Y cómo era la forma de opresión  y represión que usaban en ese momento? Era tapándoles la cara, para que no supieran dónde ellos iban . No sólo los ojos, o sólo la boca, sino que toda la cara porque así no podían hablar ni expresarse de ninguna manera. Entonces había traído un pañuelo y dije  algo voy a hacer, algo se me va a ocurrir e hice eso, que era la forma más expresiva de cómo los detenían y posteriormente los mataban.  Así que bueno, lo que hice es súper simple, y le pusimos el color era verde y no le arreglé nada.



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La idea era mostrar un poco el sufrimiento de una persona que estaba siendo torturada o que estaba siendo muy afectada por la crisis que estaba pasando Chile por el abuso de poder de ciertas autoridades y mostrar por el otro lado una forma muy inocente ante la misma circunstancia, pero con cierta tranquilidad como si fuera algo cotidiano, como con cierta costumbre ante algo que para nosotros al menos en estos momentos es algo como bien crudo, y en ese momento se veía como algo habitual.  Entonces queríamos mostrar eso. Mi cara es el sufrimiento y aparece ella tocándome la frente. No sé por qué me está tocando, no sé lo que me va a pasar o lo que me van a hacer. Y ella lo hace con una tranquilidad y una pasividad que creí que se iba a ver bien. Y los colores es como para demostrar un poco que ella viene como de su parte del mundo que es como más tranquila, más pasiva y lo otro en blanco y negro porque es el sufrimiento y un existir muy gris.
Es interesante el trabajo porque parece que ella fuera un hada madrina, no? O podría ser una virgen también por la postura y la expresión.


Luego la editamos y le agregamos cosas. Por mi lado hay como unas partes muy directas, como rayos por decirlo así, cosas muy violentas, en punta, muy agresivo, y por su parte algo muy pasivo , tranquilo, maripositas, florcitas.


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Con esta imagen lo que queríamos expresar eran dos mundos bien paralelos. Lo que hago yo de encresparme las pestañas que es netamente femenino, como lo vemos nosotros, y ella afeitándose la mejilla. No fue el bigote porque a algunas mujeres les sale bigote. Fue la mejilla porque era como más rudo, la cara de ella también la estuvimos trabajando harto que fue como en lo que más nos demoramos, porque por ejemplo yo me tapo no más y estoy mostrando el ojo, pero lo de ella tenía que tener una expresión más ruda, más masculina, entonces lo que queríamos expresar era como el mundo al revés, un mundo totalmente distinto. Llevándolo al período que se estaba viviendo, la gente estaba presa en sus casas. Los civiles estaban escondidos y la policía atacaba a la gente civil , a la gente que no hacía nada, entonces era como un mundo al revés. Tenemos ganas de trabajar cosas como no tan directas . Porque ver a alguien sufriendo se puede ver y luego tres fotos más allá, pero por ejemplo expresar que todo estaba patas para arriba es más original, llega más a la gente, queda más en la memoria.


Tenía varias ideas. Al principio había traído una cámara soviética, que me pareció que era interesante porque siendo soviética , siendo en el fondo lo que se usaba en la época…pero al final opté por esta imagen, en que sostengo este libro y lo muevo y lo hojeo. Siento que los libros son un poco la memoria, lo que hay en cuanto a cultura, lo que hay escrito, la palabra es la memoria y en algún momento esa memoria se empezó a privar. Ese espacio cultural que se estaba gestando en los sesenta en los setenta y en los ochenta, para afuera. Entonces me parece importante rescatar ese hecho, el tema de que hay algo que se borra, hay algo que se pierde, que hay que tratar de mantenerlo, porque de lo contrario es probable que caigamos en lo mismo siempre. En general una de las utilidades de la historia es analizar qué es lo que ocurrió y evitar que eso ocurra de nuevo y en el fondo eso quise rescatar con la imagen, la memoria. La mirada es bien perturbante eso sí…




Quería hablar sobre la represión a los artistas y el silencio que afectó al arte en esa época. Y se me ocurrió ponerme las amarras en las manos representando esto, y el pañuelo también, con estas tiras de pintura. Y se me dio súper bien esta actividad porque yo siempre he sido muy expresiva, creo que es uno de mis defectos…y me puse de varias formas, pero no me costó mucho y lo encontré bien entretenido. Yo supongo que a varios les costó porque tal vez están más acostumbrados a estar detrás de la cámara y no delante de una.



¿Y cómo preparaste todo, hiciste tú el pañuelo?
Sí, e incluso me costó porque tenía muchas ideas. Al final me decidí más por esa porque tenía más mezclado también lo que a mí me gusta y mi esencia, en relación con el contexto del Museo, así que por eso la elegí. Y cuando se me ocurrió la idea supe que tenía que hacer ese efecto, del blanco y negro el pañuelo de color. No sabía cómo hacerlo eso sí. Dije, debe ser súper difícil hacerlo pero Felipe me enseñó con Photoshop y era incluso fácil.







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